Cada castillo tiene sus particularidades, con obstáculos, trampas y mecanismos que pueden perjudicarnos en el videojuego. Una vez que los conquistamos, hallaremos diversos pokemones que podemos reclutar, no obstante, a diferencia de los juegos de la línea principal, no necesitamos capturarlos. Solo hacemos crecer su afinidad hacia nosotros. Al pelear y realizar otras actividades, los lazos entre guerrero y Pokémon aumentan, provocando su evolución y fortalecimiento. Aunque la campaña principal comprende la conquista de los reinos, después tendremos retos extras que alargan su vida.
El juego es muy accesible y sus coloridas gráficas están basadas en sprites en 2D que trabajan a su favor, al igual que la música tradicional japonesa con la que está ambientado el videojuego. Su rejugabilidad aumenta con el modo multijugador local para dos personas, además de que podemos descargar algunos extras vía Nintendo Connection.